Los bancos propietarios de viviendas deben todavía a las comunidades de vecinos 330,8 millones de euros en 2016, lo que representa un 20% de la mora total que soportan las comunidades. Si bien, esa cantidad supone una reducción de la deuda del 12% respecto a 2015 (376,8 millones), según los datos recién elaborados por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas que avanza la Cadena SER.

La morosidad total de las comunidades de propietarios ascendió a 1.665,9 millones de euros el año pasado, un 8% menos que en 2015 (1.811,7 millones), lo que se traduce en el segundo descenso consecutivo de la morosidad después del logrado en 2015, el primer recorte de la mora tras los años más duros de crisis económica.

El 40% de las comunidades de vecinos sufre morosidad y el importe medio de deuda en cada una es de 1.109 euros.

Datos por Comunidades Autónomas

Por Comunidades Autónomas, son las más grandes las que cargan con una deuda mayor en sus fincas de propietarios. Así, se adeuda una cantidad mayor en Andalucía (320,4 millones), Cataluña (259,3) y Madrid (225,9 millones). Al otro lado, los menores datos se dan en La Rioja (11,2 millones), Ceuta y Melilla (cada una con 3,9 millones) y Navarra (18,7 millones).

Consejo General de Administradores de Fincas

Salvador Díez, presidente del Consejo, asegura que están “muy satisfechos con el resultado, porque aunque la morosidad es un mal endémico de las comunidades de propietarios, se ha conseguido frenar” y “lo razonable es que esa reducción prosiga”.

Cuando el vecino moroso es una entidad financiera, ocurre principalmente porque para el banco supone “un problema de gestión”. Esa morosidad también ha descendido, sobre todo, “cuando se produce una venta de sus pisos a un tercero, ahí es cuando se ponen al corriente de pago en la mayoría de los casos”, cuenta Díez.

Viviendas de bancos

Hay una creciente presencia de los fondos de inversión en el mercado inmobiliario español, que compran viviendas a los bancos (como la venta del Santander del 51% de la cartera del Popular a Blackstone), y también heredan sus deudas con las comunidades. Según Díez, “éstas continúan en la misma actitud que tenía previamente la entidad financiera propietaria” para bien o para mal. Si bien apunta a que estos fondos “son profesionales inmobiliarios y con el tiempo se ponen al corriente de pago, aunque es un proceso lento”.

En general, si la comunidad se encuentra con uno o varios propietarios que no afrontan sus pagos, “hay que convocar una junta general de la comunidad, determinar qué propietario no paga y aprobar la liquidación de la deuda. Luego, se le notifica al dueño y se inicia un proceso judicial“, resume el presidente del Consejo.

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