Entrevista a Salvador Díez, presidente del CGCAFE donde habla del sector de los Administradores de Fincas y de la profesión.

-La actividad de los administradores de fincas la entendemos como la de ayudar a los residentes de los inmuebles a gestionar mejor los mismos. ¿Es correcto?

– Esa es la versión más conocida de los administradores de fincas, que es la que tiene que ver con el día a día de las comunidades de propietarios, desde el punto de vista administrativo, de mantenimiento, jurídico y demás. Pero hay otra actividad que desarrollamos que es la de gestionar los alquileres. De alguna manera los administradores de fincas gestionan los inmuebles que pueden ser de propietarios, o de un propietario que tenga un edificio y se le gestionan los alquileres.

-¿Dé qué manera ha afectado la crisis a esta profesión?

-El nivel de actividad en nuestro sector es más o menos estable. Lo que sí ocurre es que se han incorporado más profesionales, así que ahora se tiene que repartir la actividad entre un número mayor de profesionales. Así que los de los administradores de fincas son de los pocos colegios profesionales que durante la crisis están incrementando el número de colegiados, precisamente por eso, porque la actividad del sector es estable. Otra cosa es la calidad del trabajo, que sí que ha empeorado, porque claro, gestionar el día a día de las comunidades, pues ahora es más difícil.

-¿Hay más morosidad, supongo, y menos recursos?

-Claro, hay más morosidad, más temor a emprender cualquier actuación, cualquier reparación o mejora en el edificio. Cuesta más afrontarla que hace unos años. Lo que intenta la gente es mantener el edificio en el mínimo, rebajar los costes para que el edificio funcione.

-Pero ahora los administradores de fincas parecen tener otra preocupación añadida, que es la de la futura regulación de los servicios profesionales. ¿De qué manera les puede afectar esta nueva ley?

– Nuestro temor es más por los ciudadanos que por nosotros mismos, porque los despachos van a seguir funcionando, sin ninguna duda. El problema está en que el marco jurídico actual de los colegios profesionales a los ciudadanos les da muchas posibilidades de defensa e información, que se pueden poner en riesgo con esta nueva ley.

-¿Por qué?

-Pues porque ahora para ejercer algunas profesiones hay que estar colegiado y si la Ley sale adelante, esta condición se anulará para la mayor parte de las profesiones. Y si no es obligatorio colegiarse cualquiera puede ejercer esta profesión. Eso pone en riesgo la formación continua de los colegiados y la información que se facilita para ponerla a disposición de los ciudadanos.

-Entonces, ¿qué mensaje transmitiría a los colegiados?

-Por un lado, que hay que mejorar los canales de comunicación. Por eso hemos abierto perfiles en twitter y en facebook para poder interactuar con los colegiados. En segundo lugar, ver cómo adaptar nuestras estructuras para ver el día después de esa ley qué otros servicios puede prestar el colegio para que a los colegiados les interese seguir.

Información | Diario de Córdoba