Los buzones son elementos que pueden llegar a causar conflictos en una comunidad de vecinos. Su ubicación en una zona común, pese a su uso totalmente individual, genera, en ocasiones, un debate sobre su conservación. El mantenimiento de las cerraduras de los buzones puede convertirse en un punto conflictivo.

Los buzones son un elemento obligatorio

Desde el 18 de enero de 1962, el buzón es obligatorio en las comunidades de propietarios, pero no existe un artículo específico de la Ley de Propiedad Horizontal o una mención en el artículo 396 del Código Civil que lo regule.

Se recurre a la regla general: los objetos o dispositivos instalados en las zonas comunes son considerados elementos comunes. Pese a esta condición, aparece un problema. Cada propietario usa exclusivamente su buzón, por lo que este también es un objeto privado.

Esto provoca una doble interpretación, que da lugar a dudas sobre los gastos de instalación, mantenimiento, arreglos o sustitución de los buzones. La instalación, sustitución o reparación que afecten a todo el conjunto de los buzones son responsabilidad de la comunidad de propietarios.

Por ejemplo, arreglar un acto vandálico como las pintadas en los buzones es una reparación comunitaria. En algunos casos de siniestro, según el origen del mismo, podría estar cubierto por el seguro de la comunidad.

El mantenimiento de las cerraduras de los buzones

Los daños de un buzón individual o el mantenimiento de la cerradura del buzón son una responsabilidad individual del propietario. Es decir, el mantenimiento de la cerradura del buzón corresponde al dueño que usa este objeto de forma privada. Si el buzón sufre una avería o necesita una sustitución debido a una falta de mantenimiento, el propietario deberá hacerse cargo.

Contar con un administrador de comunidades puede ayudar a discernir de una manera rápida quién es el responsable de una reparación. No obstante, en ningún caso el mantenimiento de las cerraduras de los buzones corresponderá a la comunidad.